En primer lugar, tenemos que soñar con esa prenda que queremos obtener. Si, como os digo, soñar. Sentir la prenda, dibujarla en el pensamiento. Posterior a ello, hemos de bocetear el diseño, plasmando en un papel y a mano alzada el diseño que tenemos en mente.
De forma paralela, hemos de estudiar bien los tejidos que vamos a usar en nuestro traje de flamenca. Es importante conocer parámetros como su transparencia, su caída y hasta su transpiración. ¿Os imagináis un vestido de flamenca que no traspire bien en un medio día de feria de agosto?
Ahora si, empieza el trabajo más técnico, la elaboración del patronaje.
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